Prácticas medioambientales

La virtud de la misericordia cristiana también se concreta en el cuidado de la Casa Común, de la naturaleza y de los recursos que ella nos proporciona. Por eso, Cáritas favorece la necesidad de asumir y llevar a cabo distintas prácticas medioambientales  que permitan mejorar la situación de los más necesitados aprovechando los recursos de todos.

Con ello, Cáritas fomenta un cambio en la visión económica donde el protagonismo sea de las personas, como centro de la economía y destinataria del bien común, al contrario de la competencia y el individualismo. Esta visión no es una utopía,  sino reflejo de la propia Doctrina Social de la Iglesia.

Reducir + Reutilizar + Reciclar + Repartir

Reducción del consumo y del gasto de las familias.

Es necesario frenar el impulso de comprar por tener, evitando la «vorágine de compras innecesarias» que menciona el Papa Francisco. Critica la actitud de despreciar lo antiguo solo por querer lo nuevo y más llamativo. Propone que muchos productos pueden ser reutilizados por otros, ayudando a redistribuir la riqueza.

Ofrecer la oportunidad de una 2ª vida.

Nuestro deseo es ofrecer la oportunidad de una 2ª vida a la ropa, al calzado, a los muebles, a los libros, … a todo lo que a menudo desechamos. Necesitamos alargar la vida útil de los objetos. Así cuidamos la Naturaleza.

Implantar en las familias la “economía de subsistencia”

Nuestro deseo es que todas las familias asuman un comportamiento responsable en el consumo, considerando que todo se puede aprovechar. Es lo que alguna de nuestras campañas anunciaba como “Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir” (Campaña institucional 2011, Día de la Caridad 2012).

Ayudar a la educación y la concienciación

Anunciamos nuestro propósito de medidas medioambientales, las implementamos y las transmitimos en nuestras acciones: entre el personal de Cáritas, los voluntarios, las familias participantes, y las instituciones y empresas que nos visitan, especialmente a los escolares que participan en nuestros programas diocesanos.

Reducción de la basura y evitar la generación de residuos

Caminar a un modelo circular de producción, en el que al moderar el consumo, maximizamos la eficiencia del aprovechamiento, reutilización y reciclado (Laudato Si’, 22).

Reducción del consumo de energía y materias primas.

  • Si evitamos el excesivo consumismo, evitaremos inducir a los fabricantes a envolver sus productos en voluminosos envases.
  • Evitamos la emisión a la atmósfera de miles de toneladas de CO2.
  • Reducción del consumo de agua y energía en la fabricación de nuevas prendas. 
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